domingo, 29 de septiembre de 2013

1° historia: "Mas que un amigo, un padre".

Hola hola seguidores del blog!
Mi primera historia es algo que hize para la escuela, para una maraton de lectura. La guarde, y decidi compartirla en mi blog como "la primer historia que escribi en mi soledad". Espero que les guste. Es algo larga, pero bueno. No se preocupen. Hare historias mas cortas mas adelante.
Esta historia esta basada, parte en una pelicula, y parte en mi vida. Es una combinacion de hechos de mi vida cotidiana, hechos de una pelicula, un poco de imaginación y un toque de la realidad.
Disfrutenla :3

__________________________________________________________________


MAS QUE AMIGO, UN PADRE.
Fernando Caceres era un chico de 16 años. Vivia en un barrio precario de la localidad bonaerense de Quilmes. Se caracterizaba por tener ojos marrones, pelo castaño, una cicatriz en el cachete – huella de alguna pelea callejera, quizá – y pocos amigos. Sufria de diabetes, y constantes peleas con aquellos que se consideraban superiores. En pocas palabras, bullying.
Empezaba la rutina diaria. Llegar a la escuela, ver a sus “enemigos” y aguantar sus insultos hasta entrar al curso. Para su suerte, esto no afectaba mucho sus notas escolares, que eran muy buenas hasta entonces. Tenia pocos amigos en el curso. Tomas y Andrea eran dos de sus mejores amigos. La mayor parte del tiempo la pasaba con ellos, ya que eran los unicos que lo entendian. Los demas solo eran “unas personas mas en el curso”.
Recreos, en el comedor, horas libres, todos eran momentos en los cuales le era dificil convivir con los demas. Insultos, patadas, empujones, cosas que lo afligian y lo deprimian. Pero despues de todo, se las “rebuscaba” para sonreir, a su manera.
Un dia cualquiera, salia de la escuela con Andrea. Ella lo notó raro. Y tenia motivos para estarlo. Su vida ya era un desastre. El bullying lo tenia totalmente depresivo. Habia bajado mucho en las notas escolares. Acompaño a Andrea a su casa, la abrazó y lloró. Ella le prometió que todo iba a estar bien, que se despreocupe, que ya vendran tiempos mejores, y que sonria. Porque la vida es una sola, y tiene que disfrutarla a pesar de todo. Con estas palabras, Fernando se tranquilizó un poco, se despidio y se fue a su casa.
De camino a su casa, se encontro con un grupo de pandilleros. Estos, al verlo tan “estupido”, lo agarraron y empezaron a golpearlo y empujarlo, y le quitaron sus pertenencias. En eso, un hombre en una camioneta llega a la escena.
Los pandilleros notaron la presencia del hombre, que se habia bajado de la camioneta. Y uno de ellos dijo: - Tomatelas de aca viejito, ¿o querés cobrar vos tambien?.
El hombre, algo arrugado y canoso, no pasaba de los 60 años. Este le respondió:
- Soltá a ese chico, Marito.
Por lo visto el hombre conocia a los pandilleros.Entonces otro de ellos dijo:
- No jodas. Raja de aca viejo infeliz.
- Chano, dejate de joder. Dejen a ese chico carajo.
Uno de ellos salió y lo enfrentó.
- ¿Y si no quiero?.
El hombre, sin decir una palabra y mirando de pies a cabeza al pandillero, que era un tanto mas alto que él, dio la vuelta y se subio a la camioneta. El pandillero volvió con los otros y golpéo muy fuerte a Fernando. El hombre se volvió a bajar de su vehiculo, y volvio donde estaban los pandilleros. Chano volvio a decirle que se vaya. Pero esta vez, el hombre asomó una escopeta y le apuntó a uno de ellos.
- ¿Me vas a matar?. Matame carajo, y vas a pasar el resto de tu vida preso.
- Suelten a ese chico.
- No queremos. Raja de aca viejo apestoso.
El hombre, con los nervios de punta, tiro un tiro para asustarlos. Lo hizo a pocos centimetros del pie de uno de ellos.
- ¡Vayanse de aca carajo!
- ¡Esta bien, esta bien! – Dijo chano, y pasando por al lado de él, agregó:
- Nos volveremos a encontrar pronto, anciano – Y se rió, yendo con los demas.
- ¿Esto te pasa muy seguido? – Le preguntó a Fernando mientras lo ayudaba a levantarse.
- La verdad es que casi siempre me pasa.
- Son pandilleros del barrio sur. Siempre andan por estos lugares, cometiendo algun robo o alguna estupidez asi. ¿Te duele algo?.
- Estoy bien, estoy bien.
- Veni, vamos que te llevo a tu casa. – Dijo el hombre, subiendo a la camioneta. – ¿Dónde vivís?
- En Juan de Garay al 400, a unas 20 cuadras de aca.
- Bueno, vamos.
Ambos subieron a la camioneta y viajaron. En el trayecto, siguieron conversando. No hablaremos mucho de este hombre. Solo diremos que se llama Victor Montiel, tiene 56 años y que habia estado en el ejercito. Vivia solo. Y sus dos hijos, que le prestaban mas atención a los bienes materiales que a su salud, venian a visitarlo solo un par de veces al mes. Él ya habia empezado a odiarlos, al punto de que ya le daba igual si los veia o no. Bueno, dejemos de introducirnos demasiado en la vida de este sujeto y sigamos relatando.
Fernando le conto los problemas de su vida, que se sentia ignorado, rechazado, solo. Victor lo escuchaba sin decir una palabra, o haciendo una acotación de vez en cuando. En eso, llegaron a la casa. Entonces pidio hablar con el padre del chico.
- Necesito hablar con tu padre. Llamalo.
- Papá se fue y nos abandonó a mamá y a mi cuando yo tenia 10 años. Se fue con otra mujer. – Dijo el chico, con lagrimas en los ojos. -  Desde entonces mi mamá y yo rehacemos nuestra vida a nuestra manera.
- Perro desgraciado – Dijo el hombre canoso. – ¿Y tu madre?.
- Mamá esta trabajando. Estamos algo atrasados con el pago del alquiler de la casa.
- Bueno, cuando tenga oportunidad, voy a hablar con ella. Por ahora te dejo mi direccion para que me visites cuando quieras. Te voy a dar para que hagas algunas tareas domesticas y te voy a pagar, para que ganes algo de dinero.
Fernando recibió una tarjetita donde Victor habia anotado su direccion y su numero de telefono, junto con su nombre.
- Gracias, señor Montiel. – Dijo. Y se bajo de la camioneta.
- Hasta luego Fernando. – Exclamó él.
Al poco tiempo, Fernando se presentó en la casa del hombre. Era una casa vieja, algo despintada, y necesitaba algo de limpieza. Victor lo hizo hacer algunas tareas domesticas a cambio de dinero. Fernando empezó a ir mas seguido. Se sentia muy a gusto con él, tanto como si fuera su padre. Él lo aconsejaba, le enseñaba el valor de la vida, lo entrenaba para futuros percances, cosas que el padre no le enseño.
Un dia como cualquiera, fue a visitarlo. Hizo algunas tareas, y en eso, Victor fue hasta el viejo garage de la casa, y llamó a Fernando.
- Veni, te voy a mostrar algo que te va a interesar.
Entonces, abrio las viejas puertas de madera. Y fernando se sorprendió.
Tenia ante sus ojos un Dodge Challenger, uno de los autos con los que habia soñado toda su vida.
- Le hace falta un par de arreglos en el tablero – Dijo Victor.
- Es hermoso -  Dijo Fernando, con la ilusion de aprender a manejar y manejarlo alguna vez.
Pasaban los dias y las rivalidades continuaban. Muchas personas a las cuales consideraba “amigos” se le pusieron en contra. Mucha gente lo ignoraba. Se sentia afligido y preocupado. Los unicos momentos realmente felices los pasaba junto a Victor. Se sentia solo. Parte de su tiempo lo pasaba en internet, donde tenia muchos amigos, los cuales le alegraban el dia y lo ayudaban demasiado con sus problemas, aunque estaban lejos. Uno de sus mejores amigos se llamaba Jose Ruiz, de Uruguay. Era una de las mejores personas que habia conocido por internet, uno de sus mejores consejeros y una de las personas que mas lo ayudaba en momentos tristes. Otra de sus mejores amigas se llamaba Estefanía. Tambien lo ayudaba mucho y lo aconsejaba sobre la realidad. Ella era de otro curso. Se asimilaba mucho a el desde ese sentido ya que ambos tenian varias cosas en comun. Otro de sus amigos, Cristian, tambien le levantaba el animo en muchas circunstancias. Pero, por otra parte, tenia pocas personas cercanas a las cuales las llamaba “amigos”. Es por eso que pasaba mucho tiempo en internet.  Porque a traves de ella habia conocido a muchas personas a las cuales queria y apreciaba como hermanos, por mas lejos que esteen.
Un dia, navegando por internet, en Facebook, conoció a una chica (por casualidad, asi como conocio a los demas). Su nombre era Gineska Martinez. Al principio todo empezó como una simple amistad. Luego la amistad prosperó y terminaron enamorandose. Pero el problema es que ella era de Perú. De todas formas, se las arreglaban para seguir estando juntos.
Ella lo hacia muy feliz desde todo sentido. La felicidad que no encontraba alrededor, la encontraba con ella. Era otro motivo mas para vivir y salir adelante. Si, el que diga que el amor y la amistad a la distancia no existen, esta totalmente equivocado. Pero dejaremos de hablar sobre ese tema, ya que es para otra ocasión, y continuaremos con el relato.
Los dias pasaban. La vida continuaba sin cambios. Se acercaban los 17 años, y lo unico que lo mantenia con vida eran sus amigos, su novia y el cuidado y ayuda que Victor le brindaba, y el de su madre, a corta escala.
Victor le habia conseguido trabajo en una empresa de construcción. Un dia que volvia del trabajo, se encontró con los mismos pandilleros, en un callejon. Estos lo agarraron y lo golpearon hasta medio matarlo, y le robaron parte de sus pertenencias y el dinero ganado.
- A ver si tu abuelito esta aca para defenderte, maricón. – Dijo Chano mientras se iba con los demas.
Fernando se levantó como pudo, y fue a la casa de Victor, y rompió en llanto, abrazándolo. Le contó lo sucedido. Entonces Victor, que habia estado en el ejercito, era un hombre fuerte y corajudo, a pesar de la edad que no lo acompañaba. Y propuso que iria él mismo a hablar y tratar con los pandilleros. Por supuesto, era un suicidio. Fernando se lo prohibió. Pero nada hizo cambiarlo de opinión. Entonces insistió a ir con él, pero tampoco aceptó el trato. Le pidió de nuevo que no vaya, y él, suspirando, dijo que no iria por el momento. Pero que no le prometia nada. Fernando, contento por su logro, lo abrazó, y volvió a su casa.
Al poco tiempo, tuvo la oportunidad de visitar a su novia, Gineska. Tenia el dinero reunido y la gran oportunidad de su vida, de conocer a la persona que amaba, y de tratar de proponer un futuro con ella.
Y asi lo hizo.
Dos meses despues, viajó. La conoció y aprovechó el tiempo con ella lo máximo posible. Porque es lo que debemos hacer todos, ¿no?. Disfrutar cada momento a pleno con la persona que amamos. Pero no nos profundizaremos en el viaje, ya que no es tan interesante, y seguiremos la historia como debe ser contada.
Luego del transcurso de un mes, Fernando volvió a su casa, y continuó su vida como siempre. Pero con el hermoso recuerdo de haber conocido a la persona que amaba.
Al poco tiempo, volvió a encontrarse con los pandilleros, quienes lo golpearon de nuevo. Fernando, indignado, llegó a casa de Victor y le contó lo que habia sucedido. Entonces Victor se puso firme y dijo que iria a tratar con los pandilleros.
- Esta vez no se te ocurra detenerme. – Dijo él.
El chico se opuso rotundamente, como en la primera vez. Le pidió que no fuera, pero Victor no le hizo caso. Le dijo que se quedara en su casa, que cuide de la misma, y de su perro Chicho, que él volvería.
- ¡Prometelo! – Dijo Fernando, llorando.
El hombre hizo unos gestos con la cabeza, expresando confusión, y lo ignoró. Agarró una pistola que sacó de un baul verde, y antes de irse, dijo:
- Si no llego a volver, nunca te olvides de mi.
Fernando lo abrazo, como si no hubiera un mañana. Y Victor se fue. Eran ya como las 8 de la noche. Ya estaba oscuro.
Entonces Fernando aprovechó la ocasión y decidió seguirlo.
Antes de llegar a la casa donde los pandilleros se encontraban de joda, Victor tiró la pistola hacia unos arbustos. Su intención era ir desarmado. Para quedar libre de culpa por si alguien salia herido. Llego a la casa, y Fernando se escondio detrás de unas tarimbas apiladas que se encontraban a unos metros del lugar.
- ¡Salí de ahí, Chano! – Gritó el anciano.
Como nadie respondió, lo intentó una vez mas.
- ¡Salgan de ahí, cobardes!.
Entonces salio Chano, junto con Marito y un par mas. Chano se adelantó un poco.
- ¡Tenes que tener los huevos bien puestos para venir hasta aca, viejito!.
Como la casa se encontraba mas al fondo, y estaban lejos unos del otro, gritaban para hablarse. Y la ira aumentaba el volumen y la furia con la que los gritos eran pronunciados.
- Vine aca para ajustar cuentas Chano. ¡Es tiempo que dejes de comportarte como basura!
- ¡Rajá de aca, viejo infeliz! – Gritó, y sacó una pistola.
- ¿Me vas a matar?. Dale matame carajo. ¡Si decis que soy un viejo, matame!.
Los vecinos comenzaron a salir afuera, alertados por los gritos. La discusion continuó un par de minutos mas.
- ¡Dale matame, sin vergüenza!. No tenes vergüenza para nada. No tenes mente. Lo unico que te importa es robar, golpear a otros, matar y drogarte como lo hijo de mil…
Y entonces, se escucharon 3 disparos.
El arma de Chano habia hablado.

El cuerpo de Victor cayó, en la fria y humeda calle, salpicado de sangre…
Fernando, impactado por lo que acababa de ocurrir, salió de su escondite. Corrió a socorrerlo. Llorando como si se viniera el mundo abajo. Llegó, lo vio en el piso, lleno de sangre.
En ese momento deseó morir él tambien.
Lo abrazó y lloró desconsoladamente. Sabia que en el fondo habia muerto una parte de él. Esa parte ya no estaba, se habia ido. Una de las personas que hizo feliz de su vida, ya no estaba…
Una de las personas que mas le importaba, habia dejado de existir.
Los vecinos que estaban presentes estuvieron de testigos, y con esto, lograron que Chano y su pandilla fueran a prisión por cadena perpetua, por homicidio y por cometer otros delitos que no habian sido registrados con anterioridad.


Los pocos amigos que tenia, acompañaron a Fernando al velorio. Su amigo Jose viajo desde Uruguay, solo para visitarlo y acompañarlo en ese tiempo hasta que pueda superar esa pérdida. Andrea, Tomas, Cristian y Estefania tambien estuvieron ahí, levantandole el animo como solían hacerlo siempre, y aconsejandolo. Su novia Gineska tambien lo ayudo mucho a superar su tristeza en esos momentos dificiles.
El dia de la entrega de bienes y lectura del testamento, estaban presentes el cura de la iglesia local, los hijos de victor (de 27 y 29 años. No, no eran chicos), su ex mujer y alguna que otra persona interesada en el tema. Y por supuesto, Fernando. Quien estaba ahí debido a que Victor le dijo que se presentara el dia en el que iba a ser leido el testamento, que tenía algo para él.
El encargado preparó el testamento para ser leido. Todos estaban ansiosos e inquietos. Especialmente la ex mujer de Victor y sus hijos, si se les puede llamar asi. La mujer hacia planes y le preguntaba a sus hijos que harian con su dinero y en que lo invertirian. Tambien hablaban del Dodge…
El Dodge que Fernando amaba, en el cual aprendió a conducir.
Fernando se sentia preocupado, ya que no sabia lo que le esperaba.
Entonces, el encargado comenzó la lectura. No recuerdo bien como decia, pero el testamento rezaba de esta forma:


Estimados lectores:
                                   Voy a ser breve. Ya que esto es un testamento, no una carta de suicidio.
Por empezar, la casa. Mi vieja casa la voy a donar a la iglesia, para que la vendan e inviertan el dinero de la misma para remodelar el edificio parroquial. Me ayudaron mucho a lo largo de mi vida y es lo menos que se merecen.
Mi jubilacion. Logré que la derivaran para el hospital zonal. A partir de ahora el hospital se hace cargo de cobrar la misma para su beneficio. Tambien se la dejo a ellos porque hicieron mucho por mi.
Y por ultimo, el Dodge…

A esta altura, la ex mujer y sus hijos estaban preocupados. Y como el Dodge era el único bien que estaba en desición, creyeron que el mismo estaba destinado a ellos. El encargado prosiguió con la lectura.
- Preparate. Vas a tener un lindo auto. – Le dijo la madre a uno de sus hijos.
El testamento siguió de esta forma:

Por último, el Dodge se lo dejo a mi hijo Fernando Caceres. Porque se lo merece como la buena persona que fue conmigo. Llegué a amarlo como a un hijo. Por eso esto es lo menos que puedo hacer por él.
Fernando, tambien te dejo a Chicho. Cuidalo mucho, asi como también vas a cuidar el Dodge. Disfrutalo. Te lo ganaste.
Sin mas nada que decir, me despido de todos y gracias por nada. Cuando lean esto, ya voy a estar en un lugar mejor, o muerto.

Victor Luis Montiel


Fernando continuó su vida. Pasaron los años. Pasaron los problemas. Se dedicó a estudiar. Fue a la universidad y se recibió de psicologo, una de sus profesiones favoritas. Logró juntarse con su novia y formar una familia…
Vivía una vida a pleno. Pero nunca dejando de lado a su amigo, esa persona que en algun momento se hizo llamar “padre”, esa persona que dio su vida para terminar con sus problemas…

Ese heroe…


La enseñanza en esta historia se demuestra de dos formas. Por un lado, Victor demostró su valor dando su vida para terminar con los problemas de la vida de Fernando. Fernando le demostro el valor de un hijo, y tambien enseña la importancia de sonreir aun cuando todo parece perdido.

Brian Tomas Villalba

3 comentarios:

  1. me encantó tu historia chicuelo :) no soy una experta ni mucho menos, pero creo que está muy bien redactada, espero tu próxima historia :D y con respecto a lo que contabas de tu vida, ánimo, la vida es injusta, pero sí tienes pequeñas fuentes de felicidad, como tus amigos (cercanos o no, geográficamente) y tu novia :3 aprovecha siempre eso, ehm bueno mi vida tampoco es muy brillante jajaja xD pero todos los días intento poner eso en práctica, tengo un par de amigos, mi familia me quiere (a su manera, pero qué diablos xD) y los días están más soleados y largos :B ahaha espero tu próxima entrada! :)!

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Muchas gracias por el comentario y por el apoyo!. Hay que sonreir a pesar de todo :D hay que ser fuerte. Por supuesto que cada uno tiene que vivir la vida como puede, a su manera. Y aprovechar las oportunidades que la vida le da. Mis amigos no los tengo cerca pero me hacen muy feliz, al igual que mi novia. Cada uno vive la vida a su manera :D gracias por la visita y gracias por el apoyo! :)

      Eliminar
  2. Gracias Kat :'3 te respondo dos años despues pero bueno :'v no habia visto tu comentario. Gracias por el consejo, lo estoy tomando en cuenta :'3

    ResponderEliminar